Tuesday, July 29, 2008

otro sueño... pero sin rodillas.





- ¿entonces todo a colapsado?- pregunté.
- así es- respondió alguien que no pude ver quien era- debemos salir de aquí debemos pasar por aquí en la moto.
Miré al frente era un campo de batalla, algún lugar de Europa "da guerra mundial, pasaban autos con simbología nazi.
Nuestra moto era de otro tiempo, teníamos esperanza y comenzamos a correr.
- es la SS - gritó quien manejaba. (La guardia personal de Hitler)
Nos tiraban unas extrañas bombas, eran lentas, podíamos esquivarlas en la moto, a pie ni soñando. Me incliné hacia un lado, luego hacia otro, una bomba casi nos explota en la cara, una dos, a esta velocidad podemos esquivarlas, hay esperanza.
Entonces desperté en un galpón, sobre la moto.
- has dormido demasiado- me dijeron- ya llegamos, nuestros pies ya no pueden mas.
Veo que se levantan caminando casi como los pingüinos sin doblar las rodillas.
- está bien- accedo- yo manejo la moto ahora.
Me levanto, pero mis pies pesan tanto, molestan como si estuvieran en entablillados, trato de doblar las piernas pero es un esfuerzo inútil y en cierta forma doloroso.
- ¿que pasó aquí?- me asusto.
Entran dos personas rápidamente al galpón, cierran la puerta y escuchó golpes contra la puerta.
- otra vez atacan- dijeron.
-¿que sucede aquí?- vuelvo a preguntar.
- cambiamos las cosas- me respondieron, ahora la humanidad se divide en dos grupos, quienes tienen rodillas y quienes no tienen rodillas.
Trato de doblarlas, mis piernas no tienen rodillas por eso no podía doblarlas.
- listo decidido yo me voy de aquí- digo.
- ¿que pretendes? te van a matar, los con rodillas odian a los sin rodillas.- me dicen.
- pero no lo entiendo- nosotros somos los perjudicados, es ridículo, además mira son nuestros amigos los que están afuera, a mi no me va a pasar nada, además soy Frexor, ¿quien se podría enojar conmigo?
Salgo sin hacer caso en la moto que extrañamente tiene la potencia de una bicicleta.
Afuera están mis compañeros que me rodean.
- donde crees que vas fenómeno- me dicen.
- oigan -déjenme pasar.
- eso es imposible.
- pero si yo ni siquiera pertenezco a sus tontas luchas, ustedes son mis amigos, ¿que nos diferencia?
- tu no tienes rodillas.
- pero somos amigos.
- no lo somos.
- déjenme pasar.
- te vamos a matar.
- yo no voy a pelear con ustedes, yo no peleo, yo no discuto.
- triste por ti, lo vamos a hacer igual.
- pero es que aún no lo entiendo.
Logro bajar de la moto y corro, cierran la puerta por poco. Hay que correr me dicen los que no tienen rodillas, los otro son mas rápidos.
Tratamos de correr y llegamos a unas escaleras, subir escaleras sin rodillas era una tarea casi imposible.
- me hubiera gustado no haber tenido que ver con el cambio así no tener recuerdos de cuando tenia rodillas, el no tenerlas es una tortura.
- nosotros también recordamos- respondieron.
Trato de subir las escaleras pero es imposible nos alcanzan.

La musica del bosque.



Era un bosque hermoso, mas hermoso de lo que merecían los pobladores de aquella villa, los corazones de sus habitantes se había ensuciado hacía tiempo, y quizás el único motivo por el cual no habían sido castigados era por la bondad que ocasionalmente estaba en el corazón de todos sus habitantes, esto era lo que los protegía.
corazón tan puro como tenia aquel músico, cuyo nombre ya nadie recuerda pero cuya vida es innegable por mucho que lo hallan intentado olvidar, músico por esfuerzo quizás no por talento, no tenia un oído ni dedos excepcionales pero tocaba con su corazón, con su alma.
Pero que presentaba un grave problema como siempre se presenta en la gente de corazón puro que nace en un pueblo de corazón sucio, y es que no era por nadie respetado y querido, su arte no era considerado como tal, solo valían los trabajos que dejaran ganancias, nunca iban a comprender lo que se puede sentir al ejercer un oficio amado.
Pero la paciencia de tal músico era tal que lo soportaba, siempre lo había soportado, y quizás hubiera sido mejor abandonar el pueblo y buscar uno mas pintoresco, y alegre y bueno de corazón, sino fuera por que cuando estaba por decidirse hacerlo se enamoró, y como muchos otros antes y muchos otros lo harán después, el amor ciega los ojos de la razón y el músico se quedó.
En su casa podía faltar la comida pero la todas las tardes salía a tocar fuera de la pieza de la amada.
- ¿que tanto me amas?- le preguntó una vez ella saliendo por la ventana del primer piso, era una fría tarde de invierno y muchos ya no andaban por las calles.
- no podría decirlo, hay cosas que son in describibles por su magnitud.
Entonces aquello se volvió habitual lo que hizo del músico alguien feliz, la vida le sonreía por fin, dándose cuenta en si mismo que la vida si premiaba a los hombres de corazón puro.
- ¿que tan bella me encuentras?
- mas bella que la mas grande de las joyas, mas vistosa que el sol, las diosas podrían sentir envidia de ti.
Así pasaron las tardes de un año, el muchacho estaba muy delgado por lo poco que comía el amor por su amada era lo único que le daba fuerzas por seguir, pero siendo sincero consigo mismo nunca había oído palabras dulces de ella, aquello hubiera sido el éxtasis.
- ¿tu que sientes por mi?- le preguntó el muchacho sonrojándose tras responderle una de las tradicionales preguntas.
- la verdad un poco de pena, me gusta las cosas que me dices y todo eso, pero la verdad un poco de pena.
Aquello no era algo que el músico esperaba oír.
- ¿por que dices aquello?
- por que lo preguntaste.
Entonces lo entendió, por un instante una pizca de razón salió a flote y entendió que ella no lo amaba, amaba la forma en que él la amaba pero nada más.
- ni siquiera eres muy buen músico pero me conmoviste- añadió la mujer.
- ¿no crees que tu y yo podamos...?
- para nada, ya estoy comprometida con alguien de mas clase que tú, espero no te sientas triste.
Aquello rompió el corazón del músico, ella era el único motivo por el cual había soportado el pueblo, y cegado por la tristeza pensaba en que era lo único que lo mantenía atado a este mundo, y se alejó del pueblo al único lugar que en aquel momento sentía como suyo el bosque.
Caminó por el bosque sabiendo que nadie lo buscaría ahí, por que nadie del pueblo podía entender la belleza de aquel lugar, y se sentó a descansar a los pies de un enorme arrayán.
Entonces algo le hablo, podría haber sido un Daymon o tal vez un Pillán, otros dicen que era el bosque en si mismo, pero todos concuerdan en que algo le habló.
- no saben reconocer la belleza de las cosas hechas con el corazón- dijo la voz.
- ¿y de que me sirve el corazón? ¿No tiene precio como las cosas que ellos gustan?
- tiene mas valor del que crees.
- ojalá pudiera venderlo entonces.
- trato hecho, r4espondió la voz, tu me das tu corazón.
- pero, ¿que gano yo a cambio?
- talento tal vez, podrías tocar algo nunca oído, podrías llegar hasta lo mas profundo de sus oscuras almas, conmoverlos.
El músico quizás cegado por la tristeza aceptó, y a cambio de su corazón que entregó al bosque recibió una hermosa flauta semejante a los circinios de ciertos helechos, transmitía el aura del bosque.
Y así el músico tocó las primeras notas de una nueva melodía, cada árbol, cada brisa y la tierra parecían vibrar con cada nota de la flauta.
La música inundó el bosque y mas allá.
Pero era una música distinta era música de un castigo, el bosque poco a poco dejó de ser hermoso y se volvió negro y oscuro, las vertientes crecieron y se formó un enorme pantano.
Y la música llegó hasta la primera mujer, la cual hipnotizada caminó por el bosque, pero el músico al ver que no era su amada la hizo caminar por un pantano donde se hundió, ya que al entregar su corazón el músico no sentía remordimiento de aquello.
Muchas mujeres cayeron antes que la amada caminara silenciosa por el bosque guiada por la música.
Cuando el músico estaba frente a ella, se dio cuenta que las cosas habían cambiado, no ella, ella seguía siendo la misma, el ya no podía amarla, por que no podía amar a nadie solo podía disfrutar del macabro juego de hundir a las mujeres en los pantanos.
Hizo detener la música para que ella escapara, ya no le importaba, pero las notas que la habían hipnotizado también habían destruido la cordura de su mente.
Dicen que ella es la única mujer que ha entrado a ese bosque sin morir en un pantano desde entonces, viviendo sola como un animal comiendo raíces e insectos, mientras el flautista se entretiene en matar a las doncellas, castigando al pueblo por perder a la única alma buena que en el habitaba y provocando un leve placer el flautista como una esencia de su perdida felicidad.

Friday, July 18, 2008

sueños.



La habitación estaba repleta de símbolos, en números pares,
El mago que había usurpado el trono había querido detenerme a toda costa,
Había enviado a su servidor esclavo del tesoro, pero al contrario de lo planeado el me salvó a cambio que lo liberará,
Logré llegar a la montaña oscura, el mago ya no tenia poder y comenzó una lucha frenética, un movimiento de brazos y me di cuenta que los cuadrados en las paredes con símbolos podían darse vuelta.
El mago me miró a los ojos supo que estaba en peligro y desapareció.
Problema la pieza se achicaba poco a poco no había puertas ni ventanas.
Pero los cuadrados estaban de dos en dos eso me di cuenta, y era mas, todo estaba de dos en dos, las cucharas de plata, los libros, las velas, todo.
Di un cuadrado vuelta y busque otro lo di vuelta pero regresaron a estado original
El dibujo se repetía al otro lado de la sala, di vuelta una, luego la otra, el cuadrado desapareció.
Volví a hacerlo, y comencé rápidamente debía ser capaza de dar vuelta todas las cosas de la habitación antes que me aplastaran.
Corría, corría, el techo se venía enzima hasta que por fin lo logré una salida y escapé.
Miré las ruinas de donde estaba un antiguo palacio de piedra, era noche y había luna llena, salía al pasaje, había gente, lo sentía pero no se veía, el pasaje no tenia salida habían casas por donde se mirara.
La última era la que mas miedo me producía, salté la reja, mirando con sospecha los frondosos árboles que la tapaban, miré por la ventana y una pequeña niña de pelo negro me sonreía sentí un escalofrío en todo mi cuerpo.
entré y no había nadie, caminé por el pasillo hasta que el miedo pudo mas, era un miedo sin sentido solo escalofríos, caminé a la puerta y ahí estaba la niña mirándome, caminando hacia mi, corrí por los pasillos, traté de abrir una puerta y un tejón me miraba, abrí la segunda, y la niña estaba dentro también y se acercaba, abrí una tercera, y algo nuevo una entidad incorpórea se acercaba, se acercaba por arriba donde bajaban tres arañas, se acercaba por el lado por donde unas arañas salían de sus cuevas, se acercaba por el frente como una sombra oscura, corría y me perseguía como una forma mas brillante de la luna, o como una forma mas gris de pavimento, como un cantar de aves distinto o como un frío intenso, salté la valla del patio.
- ¿has visto a mi niño?- me preguntó una mujer.
- no -respondí, mirando a los niños frente a mí eran muchos, muchos niños, niños morenos con una pila de bultos de papel alusa que se usan en las cocinas.
Me acerqué con la mujer, esos niños me daban miedo me acerqué con cuidado.
- ¿han visto a mi niño?- preguntó la mujer.
- shhh- le hizo un gesto un niño estaba desnudo- silencio que aún están vivos.
-¿que son?- preguntó la mujer.
- guaguas- respondió uno, pero silencio que todavía no mueren todos.
Sacó un bulto y lo desenvolvió.
-es mi hijo- dijo la mujer.
- silencio que recién dejó de respirar.
La mujer tomó la criatura en brazos, y le empezó a despegar el papel de la cara, pero la cornea de los ojos se había quedado pegados al papel alusa.
La mujer entregó su hijo a los niños que volvieron a envolverlo.
Caminé a lo lejos y por fin era de día, las calles llenas de gente alegraban a la miss y los demás que estaban en la fiesta.
Alguien les lanzó fuegos artificiales.
- es normal, es normal- decían, quienes estaban en el desfile intentaron correr, la miss no pudo, solo un dedo le quedaba en la mano la cual había volado en mil pedazos.
- es normal- la gente decía.
La gente me repugnaba y me alejé al bosque me alejé