Monday, March 09, 2009

fourth stop, Kansas, Esmerald City



Pronto nuestro día normal de viaje fue interrumpido, por la tipica luz al final del túnel.
-this stop is Kansas- dijo la mecánica voz, encontramos extraño que por un lado se apresurara al decir la estación, y por otro que no diera el nombre de la ciudad donde apareceríamos.
Entonces un extraño viento se coló por los vidrios rotos del train, al salir al exterior, nos elevamos rápidamente, estábamos en medio de un tornado, sorprendidos comprendimos que nos elevamos entre las corrientes de aire de este, mentalmente repasaba lo que sabía de tornados, y no encajaba con mis conocimientos, este no era tiempo de tornados, eso fue solo unos se3gundos ya que por el movimiento del train,. Rápidamente toda nuestra concentración se enfoco en mantenernos sujetos a algo dentro del train, donde el mas seguro era el Mothman por estar atado.
Todo daba vueltas y vueltas como la canción, hasta que por fin vino la calma, la calma y el silencio, el train estaba en la posición correcta.
-this stop is esmerald city
- ¿ciudad Esmeralda?- exclame asombrado.
Mentalmente repasé el nombre, y calro pertenecía a la famosa ciudad del reino de Oz.
El brillo Esmeralda de la ciudad hirio mis ojos de inmediato cuando las puertas se abrieron.
- Toma- dijo Mihill al tiempo que me entregaba unas gafas para el sol.
Afuera las enormes cúpulas reflejaban el sol de increíbles formas, lor arcos de estilo gotico, los enormes edificios, era todo tan moderno y antiguo a la vez porque contraponiéndose a lo hermoso de todo estaba también la suciedad y el deterioro, por las calles caminaban extrañas criaturas animalescas con trajes de etiqueta, algunos miraban de reojo el train y seguían su camino como si tuvieran cosas importantes que hacer, y aquello no fuera mas que una molestia.
- Disculpe, señor, disculpen, disculpe caballero- comenzamos a tratar de hablar con la gente que parecía querer ignorarnos.
Hasta que un muchacho vestido a la usanza se nos acercó.
- He visto como llegaron, ustedes son de tierras lejanas, tierra de la lejana Dorothy
- Si – respondí.
- No sé quien es ella- respondió Mihill.
- Venimos porque alguien necesita nuestra ayuda, creo- agregué.
- Necesitar ayuda está pasado de moda- exclamó uno de los animales al pasar a nuestro lado.
- Hace unos días llegaron unos niños necesitaban ayuda dijo entonces el muchacho.
- ¿Qué pasó con ellos?- pregunté
- Le dijimos que en esta ciudad las cosas han cambiado bastante los últimos años, tenemos suficientes problemas propios, pero que podría pedir ayuda en la nueva bruja del sur.
- ¿Quién fue con ellos?- pregunté.
Pero movió la cabeza negativamente.
- Listo esos niños deben ser debemos buscarlos- le dije a Mihill.
- ¿por dónde se fueron?- le pregunté al muchacho
- Por el camino amarillo debían seguir, y por ahui deben partir ustedes también
Así fue que rápidamente dejamos Ciudad Esmeralda por una de las entradas de la brillante ciudad fortaleza, al salir de los muros de la ciudad, nis sacamos las gafas.
- Frexor, tus ojos- exclamó Mihill.
Me miré en el reflejo de las gafas y vi mis ojos completamente verdes,
Ahí me di cuenta que la magia de Oz no era compatible con mi magia, asi que debía tener cuidado.
Comenzamos por el camino el cual parecía muy gastado y poco cuidado, las baldosas estaban rotas, y entre las gritas crecían pastos, en ciertas partes varias baldosas habían sido removidas.
Fue un dia de viaja pasamos la noche bajo unos árboles cubiertos con nuestra ropa, al despertar, mi barba colgaba hasta mi vientre, mis bigotes se retorcían extrañamente por las puntas mi nariz parecía estar creciendo.
Así fue que rápidamente continuamos con nuestro caminara, el bosq1ue espeso parecía querer quitar terreno sobre el camino, las raíces perforaban entre las baldosa, y si el camino no había desaparecido del todo era quizás porque Dios es grande.
- Frexor, ven mira- grito Mihill.
A orilla de camino entre unas ramas había una huella en el lodo, un par de zapatos o zapatillas de un calzado que indicaba claramente a unos niños.
- ¿Qué habrá pasado?- pregunto Mihill- ellos debían saber que no debían alejarse del camino amarillo.
- Eso es lo que vamos a a averiguar- comenté al tiempo que dejábamos el camino, Mihill entre muchas cosas era un estupendo rastreador por lo que el seguir la pista le era algo sumamente sencillo.
- Tras largas horas siguiendo las huellas encontramos en medio del bosque una enorme casona de madera.
- Los niños deben estar ahí- comenté.
- Podría ser peligroso respondió.
Yo sabía que no debía utilizar mi magia duende en esas tierras, o si estaba obligado a usarla debía ser lo mínimo posible.
Tratamos de buscar alguna fisura alguna entrada trasera, cuando entre las ramas un sonido nos llamó la atención, al mirar era un grupo de unos cinco muñecos de trapo a escala humana, con extensiones de metal, garras y otros artilugios que los hacían ver casi de pesadilla.
Mihilll sacó[o su cuerda, la cual impregné[e con magia, motivo poe el cual sentí que mi piel se tensaba y vi que mis pies crecían desproporcionadamente.
Rápidamente Mihill con su destreza digna de todo buen cowboy había en lazado a los muñecos en torno a un árbol. Quedando inmovilizados.
- por aquí rápido- le dije para que no perdiéramos mas tiempo.
Tras la casa había una pequeña ventana a ras de suelo que daba a un basement subterráneo.
Con una piedra rompimos el vidrio y entramos.
Dentro el aire estaba caliente una caldera en el centro funcionaba, nos acercamos y cerca de la caldera junto a un grupo de leños había un montón de zapatos de niña chamuscados, y trapos viejos que parecían haber pertenecido a alguna prenda de ropa, también algunos huesos pero no quisimos indagar mas.
- No me mates por favor no me mates- escuchamos entonces de un lugar cercano, y claro muy cerca había una jaula de metal y dentro un niño muy desnutrido y maloliente una mezcla de desechos y suciedad impregnaba, y dentro una bandeja vacía.
- Mihill- por aquí.
Mihilll llegó sacó una navaja del bolsillo y con extraordinaria habilidad abrió la cerradura, dentro el niño estaba casi sin ropa, muy flaco y con fiebre quizás producto de la deshidratación o a alguna infección.
- Estas bien, tranquilo , tranquilo, vinimos sacarte, pero cuéntanos que sucedió.
- La bruja, la bruja tiene a mi hermana.
- ¿Qué bruja?- pregunté.
- Ella nos engaño ella duijo ser la bruja bnueva del sur, ella quiere a mi hermana salvenlá.
- Lo haremos- le dijimos, pero ahora debes esperarnos aquí vamos por tu hermana.
Mihill le dio un poco de jugo de naranja que tenía en una botella atada al cinturón.
Dejamos al niño sentado pero fuera de la jaula y segumimos buscando, hasta encontrar en la pared opuesta a la ventana de entrada una escalera de madera que ascebndia hasta una puerta.
Rápidamente ssubimos pero conb mucho cuidado, abrimos la puerts y nos encontramos para nuestra sorpresa en una enorme sala digna de un palacio, con grandes espejos y ventanales cubiertos por gruesas cortinas, todo estaba alumbrado por enormes candelabros y cirios con velas por las orillas.
- Extraño es recibir noticias en estos tiempos- dijo entonces una voz.
Por las escaleras bajaba una hermosa mujer, la bruja debía ser, de piel blanca y pelo oscuro yliso, ojos penentrantes y un enorme vestido floreado, su cara emitia una increíble belleza.
- ¿Quien eres tu?- pregunté.
- ¿Desde cuando alguien debe darle exlicaciones a los ladrones que lo asaltan?, ¿Quiénes son ustedes? Seria le verdadera pregunta.
- Yo soy frexor.
- Valla veo que eres un duende, extraño de ver en estas tierras.
- Y el es Mihill.
- Ahora puedo presentarme, soy la bella bruja Tinkana.
- Tinkana, libera a los niños- grité
- Asi que a eso venían, pobres estúpidos, pronto la piel de la mocosa me pertenecerá.
Estábamos en una situación de desventaja, mientras la bruja bajaba las escaleras.
Corrñi hacia ella para derribarla, npero ella sujetó uno de mis brazos con mucha facilidad y me lanzó algunos metros mi brazo se había convertido en piedra.
- Vallan que impredecible son los duendes- comentó la bruja- fueras un humano ya serias completamente mármol.
- El peso de la nmano era muy grande y dolor me producía la unión de la carne con la piedra, tenia miedo que se desprendiera, pero dicho peligroso movimiento me hizo ver algo, un pequeño pliegue una arruga, rápidamente uní las piezas, la forma de la habitación, sus palabras y la arruga.
- ¿Mihill tienes algo para cortar?
- Si, toma- dijo lanzándome un cortaplumas, no me hirió solo por que tenia una puntería espectasculara, tomé el cuchillo y arremetí contra ella nuevamente.
- Tienes ganas de sedr piedra por completo, conb gusto de ayudaré- me dijo.
El instante a antes de chocar con ella, tomando fuerzas desde el hombro levante el brazo de piedra, ñpor lo que la bruja agarró dicho brazo, y luego rápidamente con el cuchillo la corté, la bruja rápidamente soltó mi brazo y dio un salto atrás, pero su vestido se había cortado en la parte del cuello y se deslizó, la bruja tubo que salir se de el para no caer rápidamente, asi que ahí estaba desnuda, y hermosa, la bruja Tinkana, pero los pliegues de su piel me indicaban la respuesta.
- Usas la ropa de las niñas para vestirte con ellas.
La bruja sonrió.
- Lo admito, son mas tersas y mas duraderas.
Volví a abalanzarme con la misma acción anterior, me detuvo el brazo de piedra con una mano, agarró mi otro brazo justo después de abrirle u corte en la piel desde el hombro hasta el pecho izquierdo,, el cuchillo lo solte tras forcejear, me tumbó alñ suelo, mi otro brazo era de piedra tmbien, mientras que la piel que usaba encima se habiaq corrido, mostrando su verdadera piel, plateada, se sacó la mascara de piel que se le había corroído para poder ver.
- Este será tu fin duende.
- Mihill- las cortinas- grité.
Mihilll lo entendió de inmediato, y corrió las cortinas, fugaz un rayo de sol atravezño la sala y fue a parar sobre la argentica piel de la bruja.
-¡no!- fue su ultimo grito.
La bruja quedo convertida en una estaua de plata, al tiempo que mis extremidades volvían a ser de carne.
Mihilll corrió y me sacó la bruja de encaima.
- Lo hiucimos- dijo emocionado.
- Si, lo logramos.
Luego subimos hatta las ´piezas, y tras mucho buscar encontramos en una sala encerrada la niña, tenia unos 8 años, rubia, y estabaen perfectas condiciones, al parecer debía alcanzar cierto peso antes de usar su piel. Y casi vomitamos de horror al encontrar en otra habitaciones, mas de una docena de trajes de niña colgados en un armario.
Bajamos y sacamos al hermanos, buscamos ropa limpia, lo lavanmos y le dimos de comer de cosas de la cocina que inspeccioné bien para saber que no tuvieran magia.
Mihill cargó al niño al salir de la casa de madera
Luego los cuatro caminamos hasta el camino amarilloo donde seguimos nuestra ruta sin mayor problema.
Tras un dia mas de viaje encontramos una casa blanca sobre una paradera, y en la entrada una hermosa doncella con un cuervo en su hombro.
- Los bestaba esperando, ustedes deben ser los niños que necesitaban mi ayuda, junto a los forasteros que los vinieron a ayudar.
Saludamos cordialmente.
- Queremos volver a casa- dijo la niña.
- No es algo que yo pueda hacer- dijo la bruja- pero se como pueden hacerlo, siganmé, pero antes un regalo.
Y tomó una manta y la puso sobre mi espalda, en aquel instante volví completamente a la normalidad.
- No te lko saques mientras estes en Oz.
Y ni pensé en desobedecer
Asi que caminamos por la pradera tras la casa hasta vllegara a unos bosques, y tras algunos minutos caminando entre los arboles una caseta telefónica, muy antigua conb aquellos teléfonos que no usaban botones.
- Conocen el nujmero de su casa- preguntó la bruja.
- Si- contestó la niña.
Nos despedimos con fuertes abrazos, luego los niños entraron a la cabina, cerraron la puerta y marcaron, ¨puf¨ sonó y desaparecieron.
- Ahora es mi turno- dije emocionado- volveré a mi país.
Entré a la cabina y me disponía a marcar.
- Esta bien- dijo la bruja- no es algo que no te dejaré hacer, pero solo quiero que te preguntes, ¿es lo que debes hacer?.
Me detuve un nstante mirando el teléfono, con solo marcar nterminaría con todo, pero por otro lado, habíamos ayudado bastante, quiozas que mas podríamos hacer.
Me odié a mi mismo por tener aquel sentido de querer hacer las cosas bien y colgué.
- Esta bien- debemos regresar a ciudad esmeralda el tren nos aguarda.
- No dejaré que vallan asi- dijo entonces la bruja.
La bruja silbó y tras unos instantes aparecieron un par de alces alados.
- Ellos los llevaran de vuelta a ciudad esmeralda.
- Gracias, muchas gracias- nos despedidmos.
- Solo hago lo que debo hacer- respondió sonriendo.
Nos montamos en los alces y partimos.
En menos de un día llegamos a ciudad esmeralda, la gente ase impresionó un instante anes de seguir con sus vidas, en la puerta del train un parte nos esperaba por mal estacionamiento.
- Gente ridícula- exclamó Mihill.
- Arrugó el parte y lo lanzó por la ventana, yo reí, luego nos subimos al train, las puertas se cerraron y el train partió con su viaje, hasta entrar al túnel nuevamente.

Sunday, March 08, 2009

Third stop is Indiana





La luz que invadió el túnel era anehalda por todos, por fin la luz invasdio las ventanas y estábamos en el exterior, estábamos en una planicie, muy similar c hicago en ese punto, pero sin nieve, solo restos de ella en la sombra de algunas plantas, en medio de la gran planiecie de pastos amarillos y secos, un poblado que era donde andábamos.
*this stop is, Columbus, Indiana* dijo la mecánica voz
De inmediato pensé en las carreras de auto, de Indianapolis, la capital de Indiana.
Frente a unas casas de madera un grupo de señoras observaban al insolito train que paró frente a sus casas.
Bajamos con Mihill, observando a la curiosa masa.
¿necesitan algún tipo de ayuda?- preguntamos como ya se nos había hecho una costumbre hacerlo.
No- contesto una señora.
Tal vez respondió otra.
La escuchamos por que parecía mas dispuesta a aceptar lo insolito.

Hay algo en el patio de una de las casas, como un nido o una madriguera, creemos que lo hizo un oso o algún animalejo asi.
Dado que parecía ser el único problema, supusimos esa era nuestra misión, Mihill aguardo con ;la soga bajo el brazo, al tiempo que yo seguía a la señora hasta la madriguera.
Y claro en el patio ahí bestaba trozoz de arboles caidos, cercas, y todo tipo de cachivaches.
Deje a lña señora detrás mio y me encaramé hasta el borde del nido.
- Sal de mi hogar- escuche una voz profunda desde el interior.
- ¿Quién eres?-pregunté.
- Valla, valla valla, que tenemos aquí, esa es una voz que no escuchaba hace mucho tiempo, un duende en mis tierras.
Entonces de la madriguera salió una colosal ardilla, de mas de dos metros de altura.
- ¿Qué quieres?- preguntó amenazante.
La mire fijo a aquellos penetrantes y frios ojos.
- Debes irte de aquí, este es un barrio humano- comenté.
- ¿quieres que me valla?, ja, las cosas que me viene a decir un duende, ¿seres de la naturaleza? Puaj me dan asco no son mas que unos vendidos, no eres mas que un vendido, eres un traídor al apoyar a aquella infame raza, la humanidad, esa raza no vale nada, eres un traidor, un traidor.
- No soy traidor- me defendi- creo en los equilibrioos, todos podremos vivir bien respetando nuestro espacios, debs irte de aquí.
- ¿irme de aquí? Mi especia estuvo aquí mucho tiempo anters que laquellos estúpidos primates, elloo9s son los que no respetan, por eso merecen ser castigados, no estamos en tiempos de pasivididades, es tiempo de actuar.
- Debes retirarte- repeti- realmente lo siento, pero es por la paz.
- ¿por la paz? Acabaré contigo tal como acabare con todos esos.
Entonces la ardilla se lanzo contra mi, por suerte e escurri entrte las ramas y corrí, no era necesario dar aviso a los demás ya que todos los vecinos estaban ya en sus casas.
La ardilla detrás de mi me perseguía hasta que por poco logré entrar en el train, la puerta se cerro y la ardilla comenzó a golpear la puerta.
Mihill enlaz{o la cola de la gigantesca ardilla conb la soga pero esta se mesia sin mayor problema, sin mi magia la soga no eran ningún problema.
La ardilla por su lado ya había roto los vidripos, y tomando en cuenta que las ardillas son capaces de abrir bellotas, el abrir un train no sería problema alguno.
Estaba acorralado, cuando vi al Mothman amarrado al fondo del train, me acerque a el y lo desaté, rápidamente el Mothman fue hacia la puerta al tiempo que esta era abierta, el Motrhman entonces se lanzó contra la ardilla, y coemenzaron una encarnizada batalla, los golpes y mordidas iban y veniana, hasta que el Motham mostrando sus ocultos dientes agarro el cuello de la ardilla, estrangulándola y perforándola a la vez, al fin la ardilla yacia muerta y el Mothman se alementaba de ella, los vecinos veian horrorizados nel espectáculo, cuando terminjo el Mothman obedientemente se metió en el train donde mihill lo ató, al parecer, el Mothman se estaba empezando a domesticar.
La gente no salió a agtradecernos ni despedirnos, no por que no estuvieran agradecidas de eliminar a la criatura sino por que estaban horrorizadas por la escena.
El train tocó su bocina y nos montamos en el, la puerta se cerro y pronto comenzó a andar nuevamente siguiendo con nuestro viaje.

Wednesday, March 04, 2009

second stop illinois, Chicago



Habian pasado varias horas antes de la ultima parada, cuando el frio nuevamente comenzo a penetrar dentro del train.
- La nueva parada se aproxima- dijo el cowboy.
- ¿Cuándo crees que regresemos a New york?
- No lo se, yo creo que iremos parando, y cuando cumplamos todo lo que debemos regresemos.
Al atravesar la luz el Train se sencontraba atravezando una carretera.
- Que demo…
Un auto esquivo el train, quien cambio de pista.
Por la ventana se veian las calles, parecia una imagen de aquel juego sonic en la etapa, carrera de las estrellas, pistas se elevaban con enormes pilares, pistas iban pistas venian, frente a nosotros un camion podia estar anadando en una via a varios metros de altura, era una locura, la nieve chocando contra los vidrios y las nubes que no dejaban ver la ciudad.
Una moto nostubo que esquivar cuando el train doblo. Se metio por un tunel.
- Ciudad gotica- me preginte al reconocer algo que vi en la pelicula de batman.
Hasta que por fin el train se detubo ante una iglesia,
- This stop is, chicago, Illinois- dijo la mecanica voz.
- Al bajar la iglesia era enorme impresionante con sus angeles tallados, *iglesia Trinidad* se llamaba.
- ¿Qué crees debemos hacer aquí?- pregunto el Cowboy.
- Yo creo que entrar en esa iglesia.
Fuera de la iglesia un par de motos estaban estacionadas aunque semienterradas en casi un metro de nieve, la nieve que caia era muy densa, se pgaba en los ojos, en el pelo, y el caminar era dificultoso entre la espumosa nieve.
Las puertas de3 la iglesia estaban entre abiertas, al entrar una extraña reunión
Sentados en las bamcas gárgolas con formas angelicales, sombras corporizadas, extrañas ratas, un par de cuervos, y todo tipo de criaturas sin nombre.
- Quien eres tu?- preguntaron cuando entramois, rápidamente todos los ojos se posicionaron sobre nosotros.
- Soy Frexor un duende- salude
- Y yo, Mihill- saludo el cowboy.
- Amigos o enemigos¬¬?- preguntaron.
La pregunta era deconcertante en la situación que nos encontrábamos.
- No lo se, si no nos hacen nada supongo que amigos- contesté.
- ¿ que hacen aquí entonces?
- No lo sabemos, quizás buscando a alguien que nos necesite, pero en realidad quien sabe.
Nos observaron cuidadosamente.
Supongo que una ayudita mas no nos vendría mal.
- En que quieren nuestra ayuda- preguntó Mihill.
- Estamos en problemas
- ¿Qué clase de problemas?
- ¿Qué vieron afuera
- Un par de motos- dije yo.
La gárgola en nforma de angel que nos halaba meneo la cabeza negativamente.
- Nieve, mucha nieve.
El angel afirmó.
- Estamos en problemas, Chicago se encuentra bajo una de las tormentas de nieve mas grandes que se ha visto, esto o es obra de un invierno sino de muchos inviernos que están sobre las nubes en este instante, y como recién nos habíamos puesto de acuerdo, seguiremos con lo establecido, quienes puedan volar subirán y lucharan sobre las nubes quienes no puedan esperararn aquí el poder hacer lo suyo, pero entre mas vuelen mejor claro, recuerden que si fallamos la ciudad será sepultada por un manto de nieve y seria el fin de la segunda ciudad mas grande de occidente.
Rápidamente todos se levantaron de sus asientos y partieron a la lucha,
Varios otros salieron simplemente a esperar entre ellos Mihill.
Yo no podía esperar sentía que ebia llegar a aquellas alturas, pensé algunos segundos sobre como alcanzar las nubes, hasta que se me ocurrió una idea.
Corri hacia el vagonb y al entrar ahí estaba, el Mothman, ahí estaba mirándome co aquellos ojos fijos, penetrantes.
-qusiera hacer un trato contigo-dije
El Mothman solo me miraba.
Tu me ayudas a subir hasta las nubes a cambio que yo cure tus alas.
El Mothman ante o cual movio lo que seria su cabeza, aceptaba la condición. Desate sus lazos, y el Moyhnab sin ningún acto de rebeldía camino a mi lado hasta el exterior, me subi en sus alas y me eleve hacia las alturas..
La ciudad se veía oscura por las nubes que tapaban el sol, además del atardecer que se aproximaba .
Sobre las nubes había un verdadero campo de batallas, las gárgolas angeles batallana con sus espadas de piedra, aves, sombras y otras criaturas peleaban contra distintos inviernos, había brujas, pillanes y otras criaturas del invierno, hasta que sobre una nube un personaje que reconocia, el daymon del invierno de las tierras donde vengo.
Me baje edel Mothman, mientras este se disponía a atacar a uno de los tantos inviernos, yo salte sobre las nubes a su encuentro.
- Regresa donde te pertenece- le grite
El daymon del invierno movio la cabeza y nuestros miradas se cruzaron, primero fue una cara de sorpresa, luego solto una carcajada.
- Valla, valla, valla miren a quien vengo a encontrar en estas tierras tan lejanas, al duende del otoño, ¿Qué haces en estas lejanas tierras?, que pronto pertenecerá a nosotros.
- Vengo a ayudar, esa es mi mison- respondi- aunque sinceramente nose que hago aquí,m sea como sea, debes regresar este no es tu lugar.
- Ja, ¿Qué no es mi lugar? Estamos en otra tierra duende, en otro hemiusferio, aca no es verano, aca es invierno, yo soy el daymon del invierno, tu eres el que no pertenece aquí tu eres el quedeberia estar sometiéndose a nuestra voluntad.
- Eres el daymon del invierno pluvioso en nuestra tierra, no te pertenece este invierno nivoso, mires las cosas como ,lo mires estas mal.
El daymon hizo un movimiento de manos y salió un rayo que tuve que esquivar por poco, el rallo atravezo unas nubres y choco contra el pararayos de un rascacielos.
Susurre palabras y algunas nubes despertaron de su trance y comenzaron a abrirse pronto el cielo tenia movimientos en todas direcciones y partes del cielo comenzabanb a mostrar signos del celureo cielo.
El daymon comenzó a lanzar chorros de agua con la punta del paraguas que siempre usa tras de si a modo de espada.
Salté hacia atrás, esquive un golpe, agarre un trozo de nube y lo lanzé me desñize sobre el suelo, agarre otro trozo y cree una cinta, en cuanto el daymon se había sacado los últimos restos de nube que tenia en sus ojos, yo ya lo había atado.
- Te dije que volvieras a donde perteneces.
- ¿creesque con eso me vas a derrotar? Eres bastante estúpido.
Un rayo que lanzo una bruja de invierno desde la distancia deshizo la nube y por la gran precisión del tiro el daymon no salió herido.
Luego salto sobre mi y me sujetó mis manos con las suyas.
El hielo comenzó a invadirlas, pronto ya no las sentía, me las estaba congelando.
- Creeme, ultimamanete no soy el de siempre- le dije- ando con mucho menos paciencia que lo normal.
- Ja, increíble que hables tanto aun en esta situación- rió.
- Te lo adverti.
Le di un cabezaso, luego me levante puse mis manos sobre su pecho, y lanze magia pura concentrada por ellas.
El daymon salto lejos y calló sobre una nube inconciente.
Mire a lo lejos y vi que muchas de las batallas habían terminado, y un par de gragolas angeles habían agarrado al Mothman y estaban a punto de cortarles el cuello con su espada de granito.
Salte con las pocas energias que me quedaban sobre las nubesd hasta llegar donde ellos.
- Alto, paren, stop- les grite.
- ¿Qué sucede duende?
- Esa criatura viene conmigo ella me subió a las alturas no le hagan nada.
Las gárgolas memmiraron severas.
- Esta criatura no puede estar suelta
- Lo se.
La soltaron y a su lomo bajamos, en el suelo, había habido sus propias batallas, entre otras criaturas y los inviernos que caian.
Llegue hasta el metro y con ayuda de las gragolas volvimos a amarrar al Mothman a su lugar.
- ¿Que te pasa¬?- llego gritabndo Mihill- eres estúpido, no debes dejarlo suelto.
- Lo se, y en silencio aguante el regaño.
- Luego nos despedidmos, choicago estaba a salvo, los inviernos no se habían apoderado e la ciudad, y junto con Mihilll subimos al train.
- ¿Por qué habran querido ganar chicago?- pregunte casi al aire.
- Las puertas se cerraron y el train continuó hasta la siguiente estación.