diario de un duende desconocido.

"-atención a todos los seres faereticos ha llegado un ser humano.
La noticia se escucho rápidamente por toda la comunidad, por cada rincón, un ser humano no había sido visto hacia años
Eran casi una leyenda.
Supuestamente en la creación fueron creadas las tres razas, los humanos, los gigantes y nosotros, ya cada raza se le fue otorgado un don.
Poder sin límites para los gigantes, conocimiento sin límites, para los humanos y magia sin límites para nosotros, así las tres razas nos ayudaríamos mutuamente.
De los gigantes solo se narran leyendas, y nosotros terminamos alejándonos de los humanos.
Dicen que algo interfirió, codicia puede haber sido.
Acabaron con todo, su propio mundo, ideologías y hasta ellos mismos, sabíamos de lo que eran capaces algunos, torturas inimaginadas nuestra comunidad vivía libre de esas criaturas hacia bastantes años.
Un ser humano era peligroso, era imposible que llegaran, estábamos tan lejos que solo tras milenios de conocimiento podrían alcanzar nuestro hogar y aun no era el tiempo suficiente, debía ser alguien soñador
Así fue que bajamos a la plaza central, el gran jefe esperaba, yo entre el publico, ¿como serian los humanos?
Algunos decían que sus ojos eran como el fuego con cabezas enormes deformes grises con largos dedos y muy flacos y volaban por el cielo montado en discos
Pero me pareció casi uno de nosotros cuando la vimos llegar
Andaba con un vestido andrajoso pero con la sonrisa más grande que había visto en mi vida, caminaba torpe, tenia limitaciones.
¿Aquella era la criatura a la que debíamos temer?
Sus ojos redondos con inocente mirada nos miraban maravillados, les llamaba la atención las alas que tenemos algunos, o una que otra estructura que ella no poseía
Su piel blanca contrastaba con el lodo, y sus cabellos castaños caían suavemente por su espalda
Pidió hospitalidad, un poco de compañía y donde quedarse, y por orden del jefe tuve que tenerla en mi hogar, era una casa pequeña, tranquila con tejado de alerce, y un chucao que cantaba todas las mañanas en mi ventana.
Se cambio de ropa era bastante bella, y se sentó a comer, nuestra comida le encantaba, su sonrisa me cautivaba.

La mire fijamente, que frágil criatura era esa, ¿por que se decía que eran malos?
¿Por que?
no eran capaces de encender fuego con la yema de sus dedos, no podían volar, Vivian poco tiempo, se enfermaban mas, sabíamos que podían estar mas tristes que cualquiera de nosotros podría estarlo en la mas profunda de nuestras pesadillas, ni siquiera entraba en el espectro de nuestra imaginación.

- ¿duele mucho ser humano?- pregunte
- ¿perdón?
- que si duele ser humano, son tan débiles, deben sufrir mucho, no me gustaría ser un humano, agradezco haber nacido... duende creo que nos llaman ustedes.
- si duele, se siente mucha soledad, todos tenemos soledad.
- nosotros no.
- ¿de verdad?- dijo sorprendida.
- de verdad respondí, debe ser horrible entiendo que muchos de los tuyos tratan de todas las formas posibles nunca estar solos, una vez leí que inventaron hasta los vicios para olvidar que son seres individuales, me llama la atención eso de que seres no sientan alegría de ser seres individuales y que esto a su vez les de sentimientos no agradables.
- bueno si, pero cualquier sentimiento de soledad puede valer la pena si luego sientes amor verdadero, la compañía que rompe tu soledad cuando te sientes por fin completo es lo mejor, ustedes no conocen las emociones tanto como nosotros.
- nosotros no comimos del árbol del conocimiento- dije en tono burlón.
- puede ser, pero hay emociones humanas que ni imaginas, todo es un vaivén no puedes conocer las grandes emociones, las alegrías, la euforia, la felicidad, sino conoces la tristeza, la depresión, la impotencia.
- entonces ¿una cosa vale por la otra?
- si - respondió.
- ¿vale la pena?- pregunte a lo que solo me afirmo con la cara.
Su compañía fue grata durante ese tiempo pero luego se fue, en su semblante había cierta tristeza.
- debo seguir con mi viaje si vas a mi mundo tal vez nos encontremos dijo.
Y así como llego se fue, nunca más supimos nada de ella.
Los humanos eran más felices que nosotros.
La curiosidad mato al gato, dicen quería saber como era eso, quería saber lo que era conocer la soledad, si bien había escuchado la soledad valía la pena por conocer la compañía de alguien, ella misma podría ser quien me hiciese compañía

Esa fue la decisión abandone lo que conocía para conocer aquella alegría de los humanos.

Ahora llevo varios años en el mundo de los humanos y siento que me estafaron con eso de que la soledad valía la pena"



como duende que soy e econtrado muchas cosas, este es un texto duende que econtré entre mis carpetas.

extraño a mi yo interno

estaba pensando en mi yo interno... aquella extraña criatura ue se me aparecía en los mas extraños momentos, podía ser un grillo, una hoja, un cuaderno, mi mano derecha, mi almohada. pero ya no aparece ante mi como antes.
no lo necesitaré como antes?
quien sabe... tal vez podía hablar con el cuando mas lo necesitaba pero ahora es otra etapa, y las cosas no deben ser dichas de forma tan evidente... tengo en cierta medida a aquel ser que vive en nuestro interior y que lo sabe todo.
recuerdo cuando tube mi accidente, y mas recuerdo el sueño de la semana anterior al accidente en que soñaba con el, cuando puedo confiar ennmis sueños?
me debería poder decir a mi mismo las formas de forma mas directa?
no lo sé.
mientras veía un programa... que no ve casi nadie mas que yo :p "una belleza nueva" me llamó la atencion un frase.
de que se le habla en metaforas para que asi lo entienda la conciencia interior, ya que a ella es importante enseñarle cosas, y que la mente restringe. sería algo como hablarle a lo mas profundo del ser sin que la mente sepa realmente que es y no distorcione el mensaje.
siuempre he sido mas amigo de la mente que del ser interior...
asi es la vida nomas... esto de tener un cuerpo fisica es retraumante para los duendes como yo
pero bueno asi es la vida nomas y no se le puede hacer mucho.
pero volviendo al tema de mi yo interno, estaba pensando en crear un ser (muajajajaj) con quien hablar en ratos de soledad... sería interesante...
por el moemnto adios se despide un duende